La IA que nos aniquilará a todos

Desde la aparición de ChatGPT y otras inteligencias artificiales generativas, no hago más que encontrarme con predicciones apocalípticas sobre estas. Lo peor es que la mayor parte de estos malos augurios se publican en los medios de comunicación calificados como serios.

Nací en los 70, en pleno apogeo de la Guerra Fría. Parecía que cualquier día íbamos a sucumbir ante un holocausto nuclear. Luego nos amenazaron con el efecto 2000; todos los ordenadores del mundo se iban a bloquear al final del pasado milenio abocándonos a una crisis sin precedentes que nos devolvería al medioevo. Para colmo, la amenaza recurrente de pandemias como la gripe aviar, la gripe A o las vacas locas no nos dejaron ver la pandemia real del COVID 19. Ya se sabe, el cuento de Pedro y el Lobo. Ahora le llega el turno a las inteligencias artificiales. Si nos atenemos a lo que dicen las noticias sobre las IA, estamos a dos telediarios de la desaparición de la especie humana.

Parece que cada avance tecnológico produce una respuesta desproporcionada de la opinión pública. El desconocimiento deriva en miedo; la falta de análisis crítico hace que nos guiemos por eslóganes y consignas dictados por otros.

Sin embargo, la historia nos enseña que todo descubrimiento científico y su consiguiente desarrollo tecnológico eleva nuestro nivel de vida. Es cierto que toda nueva herramienta puede ser empleada para el mal. El primer uso que se le dio a la energía nuclear asesinó a más de doscientos mil japoneses. Sin embargo, esta tecnología produce energía limpia y relativamente barata (a pesar de lo que digan algunos analfabetos funcionales).

Imagen generada con la IA de StableDiffusion

Voy a pecar de autobombo y voy a reproducir un párrafo que escribí para mi post dedicado a Isaac Asimov:

La tecnología y la inteligencia artificial son aliados del ser humano. De hecho, Asimov, en su obra, atribuye la salvación de la humanidad a las decisiones de un robot inteligente. No podemos negar que, como especie, tenemos cierta tendencia a la autodestrucción y que, por lo tanto, el hecho de que una inteligencia artificial nos guíe no debe tener peores consecuencias que lo que hemos hecho hasta ahora.

Pretender asustar al personal con los presuntos riesgos que supone el empleo de las inteligencias artificiales me parece obsceno. Sería más útil enseñar a la gente, especialmente a la juventud, como sacar el mejor provecho de estas tecnologías porque, aunque las IA harán desaparecer multitud de empleos, no es menos cierto que aparecerán muchos más relacionados con estas. De hecho, desde hace años (lo de ChatGPT y sus hermanas es reciente) las IA ayudan a encontrar tumores imperceptibles en las pruebas de diagnosis por imagen, ayudan a los científicos a analizar millones de datos en sus investigaciones y, en definitiva, llevan tiempo con nosotros ayudándonos de forma silenciosa.

Así que dejemos de asustarnos, leamos, analicemos y utilicemos nuestro pensamiento crítico. ¡Qué falta nos hace!

Quizás te interese:

Comentarios

  1. Muy sensato. Todo hay que saber usarlo en su justa medida

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Los preocupantes resultados del experimento Milgram

Conflictos silenciados: Cinco zonas calientes que no verás en las noticias

Sentimientos negativos