4 semejanzas entre Star Wars y Dune

 

Si existe una saga de ciencia ficción que se ha constituido en un fenómeno cultural que va más allá de las propias películas, series o novelas, esta es, sin duda, Star Wars o, como se tradujo al español, La Guerra de las Galaxias.

No es ningún secreto que La Guerra de las Galaxias es un batiburrillo de distintos géneros, leyendas y préstamos culturales que han sido mezclados de forma genial por George Lucas convirtiendo este gazpacho primordial en una obra maestra que se sustenta por si misma.

Una de las influencias menos reconocidas por los estudiosos de la saga la encontramos en el universo de Dune, del genial Frank Herbert y al que ya le hemos dedicado un post.

¿Cuales son las semejanzas entre estas dos obras maestras? Yo he encontrado cuatro:

El planeta originario

Tanto la precuela de Star Wars como la trilogía original comienzan en Tatooine. Tatooine es un planeta situado en el borde exterior de la galaxia imaginada por Lucas. Recibe este nombre porque la acción que se desarrolla en este planeta se rodó en la región tunecina de Tataouine. El planeta Arrakis, conocido como Dune, es también un planeta desértico donde la ausencia de agua obliga a sus habitantes a vestir destiltrajes que evitan la pérdida de humedad en el organismo. Las comunidades fremen «recolectan» el agua del ambiente con trampas de humedad. Los habitantes de Tatooine viven en granjas de humedad donde obtienen el agua que necesitan para sobrevivir.

El desierto, ya sea imaginario o real, es un entorno hostil. Sus habitantes forjan caracteres y personalidades duras y austeras, capaces de extraer lo máximo de recursos escasos.

Los principales personajes de Dune y Star Wars tienen una relación especial con el desierto. Incluso en la última trilogía perpetrada por Disney, la protagonista, Rey, se cría en Jakku, otro planeta desértico.

Dune, Tatooine o Jakku son los desiertos que marcan el carácter de los personajes de ambas sagas.

La fuente del poder

Los Jedi y los Sith obtienen su poder de la Fuerza. Obi-Wan Kenobi la define como un campo de energía creado por todas las cosas vivientes. Nos rodea, nos penetra, y mantiene unida la Galaxia. El dominio de la Fuerza se obtiene por dos vías convergentes: el número de midiclorianos en sangre y la formación en sus secretos.

En el universo de Dune, la especia melange aviva el don de la presciencia. Al igual que la Fuerza, la facultad presciente viene fundamentada por la genética de la persona, se potencia con la especia y se aprende con una formación específica.

El dominio de la Fuerza o de la presciencia marcará el destino de los personajes de ambas sagas. Para ello, los protagonistas recorrerán un camino iniciático que marcará sus vidas y el futuro del universo.

Las órdenes pseudo-religiosas

Los Jedi son célibes, están organizados en una estructura jerárquica y se reúnen en templos. Las reverendas madres de la orden Bene Gesserit visten hábitos monacales, también se rigen bajo una estructura jerárquica y dominan el arte de manipular los sentimientos religiosos.

Ambas órdenes tienen sus gemelos contrarios. Por un lado, los Jedi están enfrentados a los Sith, por otro, la Bene Gesserit tiene como archienemigos a la Bene Tleilaxu.

En las dos sagas, la lucha por el poder y las intrigas entre las distintas órdenes son una parte fundamental del argumento de estas.

La familia elegida

La historia de La Guerra de las Galaxias es la historia de la familia Skywalker. Desde que Anakin es descubierto en Tatooine por el Maestro Jedi Quii-Gon Jinn y posteriormente educado en los secretos de la Fuerza por Obi-Wan Kenobi, hasta el desenlace final en el que Rey se autoproclama miembro de la familia Skywalker tras acabar con el emperador Palpatine.

En Dune la Casa Atreides son los protagonistas. Los miembros de esta familia tienen una disposición genética para la presciencia, lo que los convierte en uno de los pilares sobre los que se asienta el destino de la humanidad.

Ya sea por su habilidad con la Fuerza, o por sus cualidades prescientes, las dos sagas son epopeyas familiares.


Cómo veis, no hay tanta diferencia entre el universo creado por Lucas y el imaginado por Herbert. Os animo a explorar ambos mundos de ficción y a que disfrutéis buscando semejanzas.


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