Es peor oxidarse que quemarse
Se habla mucho del síndrome del quemado o burnout relativo a personas que sucumben a largas jornadas de trabajo, que se enfrentan a objetivos imposibles o que sufren a jefes desalmados e incompetentes. El dicho «estoy quemado» es muy común. Sin embargo, existe otro riesgo que poca gente tiene en cuenta: el oxidarse.
¿Qué significa oxidarse?
- Si en tu trabajo usas un mínimo de tus capacidades y no te involucras, te estás oxidando.
- Si tus relaciones de pareja o familiares son sosas y aburridas, sin chispa ninguna; te estás oxidando.
- Si pasas más tiempo viendo reels en Instagram que haciendo cualquier otra cosa, te estás oxidando.
- Si, para ti, un fin de semana no es más que un maratón de series, no es que te estés oxidando, estás oxidado.
El proceso de oxidación es lento e indoloro pero, a la larga, el óxido se acumula y te vuelves rígido e inflexible. Te conviertes en un mueble que acumula polvo, inservible, inútil. La vida pasa rápidamente. No es cuestión de un día despertarse y descubrir que la has desperdiciado.
Cuanto más tardes en deshacerte del óxido que se te acumula, más difícil será.
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Por eso, usa tus capacidades, involúcrate; pon algo de chispa en tu vida; sal a la calle; afronta retos; atrévete a hacer aquello que siempre quisiste realizar y lo dejaste por miedo.
No tengas miedo a quemarte. Oxidarse es mucho peor.
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