¿Nucleares? Sí, gracias

Las palabras nuclear y atómico tienen mala fama. Y lo puedo entender si las asociamos a los términos guerra o arma. Sin embargo, esta connotación negativa también se extiende a la energía procedente de fuentes nucleares.

Cuando preguntas a los detractores de la energía nuclear por su posición, su respuesta suele estar basada en dos argumentos: los posibles accidentes y la gestión de los residuos que originan las centrales nucleares.

Sobre la primera cuestión tienen mucho que ver los accidentes de Chernóbil y Fukushima. Del primero se puede hablar largo y tendido. La tragedia de Chernóbil se puede achacar, en gran medida, al grado de descomposición en el que se encontraba la URSS. Podemos poner como ejemplo que los reactores carecían de edificios de contención o que en la construcción de los techos del reactor y las turbinas se había empleado «bitumen» —una sustancia combustible—, lo que facilitó la aparición de incendios.

Sin embargo, si hablamos de Fukushima, nos encontramos ante una instalación que se enfrentó a un terremoto de 8,9 grados Ritcher y a un tsunami de 14 metros de altura. Estos fenómenos naturales provocaron unas 20.000 muertes, a las que hay que sumar unas 1200 posteriores a causa del frío, ya que al cesar la actividad de la central nuclear, los precios de la electricidad se encarecieron y mucha gente no pudo afrontar el encendido de las calefacciones. Se estima que las muertes relacionadas con la radiación son unas 130._Fukushima_ es la demostración empírica de que las centrales nucleares son seguras.

En cuanto a los residuos que generan, ya existen centrales nucleares capaces de reciclar los desechos que producen, convirtiéndolos de nuevo en combustible.

Nuclear power plant-pressurized water reactor-PWR

Diseño de una central nuclear con un reactor de agua presurizado (PWR)

Steffen Kuntoff, CC BY-SA 2.0 DE, via Wikimedia Commons

Una vez demostrado que las centrales nucleares son seguras y que los residuos están en camino de dejar de ser un problema, vamos a hablar de las ventajas de las centrales nucleares.

  1. La energía nuclear es una energía limpia. Durante la reacción nuclear solo expulsa vapor de agua. Las centrales de ciclo combinado queman gas expulsando a la atmósfera CO2. Según la ONU, la contaminación atmosférica mata nueve millones de personas al año. Gran parte de esta contaminación proviene de emisiones de dióxido de carbono como las que producen las centrales de ciclo combinado. ¿Qué elegirías cerca de tu casa, una chimenea que expulse vapor de agua o una chimenea que expulse CO2?.
  2. Europa sufre una gran dependencia de gas y petróleo. La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto hasta que punto somos vulnerables a un corte en el suministro de hidrocarburos. Fomentar la energía nuclear nos daría un mayor margen de maniobra.
  3. La energía nuclear no es excluyente. Se puede usar en combinación con las energías renovables constituyendo un apoyo ante la falta de viento o sol.
  4. En el caso de España, compramos energía eléctrica producida por centrales nucleares a nuestros vecinos franceses. Si la radiación de Chernóbil llegó a nuestro país, imaginad lo que pasaría con un accidente similar en Francia. Ya hemos explicado que esta energía es segura. ¿Por qué no producirla aquí y de esa manera abaratar su precio?

El miedo basado en el desconocimiento es muy peligroso y permite influir de forma negativa en las personas. Existe un lobby antinuclear que agita esos miedos en base a mentiras y medias verdades. No te dejes engañar.

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