Las empresas acortan sus cadenas de suministro

De vuelta tras una larga sequía de publicaciones en el blog, retornamos hablando de logística y cadena de suministro.

Si os acordáis, en marzo de 2022, escribí un artículo titulado Acortemos la longitud de la cadena de suministro. Este post se escribió en medio de una crisis en la distribución mundial de mercancías. Esta crisis se originó cuando la actividad económica resurgió tras el confinamiento mundial por la pandemia del COVID 19 y se agravó al encallar en buque Ever Green en el canal de Suez. El aumento de la demanda de buques y contenedores y el cierre temporal del Canal de Suez provocaron un retardo en el suministro de materias primas y el encarecimiento de su transporte.

En el artículo, exponía la necesidad de acortar la cadena de suministro. El confinamiento había demostrado que no se podía depender de bienes y materias lejanos en un contexto inestable de pandemias y guerras (recordemos que un mes antes había estallado la guerra de Ucrania, lo que conllevó problemas en el abastecimiento de cereales y semillas de girasol, además de un incremento en el precio de los combustibles).

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El mes pasado me sorprendió gratamente un artículo leído en la web información logística titulado Las cadenas de suministro siguen acortándose. En él, se constata que una mayoría de empresas ha empezado a acortar sus cadenas de suministro para depender en menor manera de China y evitar las consecuencias de los conflictos que actualmente se desarrollan en Oriente Medio.

Parece que las empresas han aprendido la lección y, como dice textualmente el artículo: «han entendido y comprendido que los viejos modelos de la cadena de suministro ya no son plenamente válidos en los tiempos actuales. La interdependencia en países tan lejanos ha pasado a ser un problema y no una ventaja competitiva como lo había sido en las tres décadas anteriores».

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