Libros que leo. Fragmentar el futuro de Yuk Hui o cómo tirar 20 euros a la basura

Las primeras noticias que tuve de Yuk Hui fue en una entrevista en el periódico Clarín. Lo presentaban cómo uno de los filósofos del momento. Estamos hablando de un ingeniero con formación en filosofía y eso me pareció atractivo. Es cómo volver a los tiempos de Platón y su Academia en la que no se podía entrar sin saber geometría. En la entrevista se tocaron temas muy interesantes cómo el consumismo, la multiculturalidad, el medioambiente, software libre o los posibles usos totalitarios que pueden hacerse de la tecnología en situaciones de alarma como la que vivimos ahora con el COVID 19.

Después de leerla, me compré su último libro Fragmentar el futuro y tras acabarlo, confieso que he tirado 18,99 € a la basura. No he encontrado un libro de filosofía, no he encontrado un libro de ingeniería, ni siquiera he encontrado un libro sobre tecnología. Lo que me he encontrado es un refrito rancio de citas inconexas y de lenguaje pretencioso que trata de ocultar un discurso vacío. En ocasiones, me recuerda a un niño pequeño que ha aprendido a decir una palabrota y la repite sin cesar. En el caso de Yuk Hui los palabros que más le gustan son ontología y epistemología. Si hubiera tenido la edición digital del libro, las habría contado. Pero seguro que no bajan de cien menciones cada una, en un libro de 191 páginas.

191 páginas para vendernos cómo nuevo el discurso de la decadencia del pensamiento europeo occidental, de la ilustración. Según él, la visión europea del mundo nos lleva a una visión única de la tecnología; cosmotecnia según el neologismo creado por él. Proclama que es necesaria una tecnodiversidad (otro neologismo) que acabe con el pensamiento único europeo. Ya veis, he resumido un peñazo de libro en un párrafo. No me preguntéis que narices es eso de la tecnodiversidad. El autor no lo explica.

Durante un tiempo creí que yo era muy torpe y que no entendía el libro. Busqué reseñas por Internet en páginas y blogs sobre filosofía. Todas las reseñas eran copia-pegas del prefacio. Con montones de epistemologías y ontologías. El hecho de copiar y pegar deja claro que ni los propios editores tienen idea de que va el libro. Y no me extraña; la obra suelta perlas cómo esta (páginas 60 y 61):

Para Mons, lo moral surge de una experiencia de la infinidad del cosmos, que hace necesaria la infinitización como condición de posibilidad de la finitud del Dasein.

Y la definición de cosmotecnia que sugiere en el prefacio tampoco tiene desperdicio:

...unificación de los órdenes del cosmos y la moral a través de actividades técnicas con el propósito de sugerir que la tecnología debe ser resituada en una realidad más amplia que la hace posible al mismo tiempo que la constriñe.

Si te sobran 20 € y quieres tirarlos a la basura, ya sabes, compra este libro. Pero, si quieres un consejo, mejor inviértelos en unas cervezas con tus amigos.

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