ChatGPT vencido al ajedrez por una consola de hace 50 años
Caruso definió el experimento como una «masacre» y ChatGPT fue humillado en el nivel principiante. En esta primera partida, Caruso intuyó que la IA no tenía «conciencia de tablero», identificaba mal las piezas y por eso erraba (que no herraba).
Decidido en eliminar esa vulnerabilidad, Caruso comunicó los movimientos de la partida en modo texto. A pesar de ello, la más famosa de todas las IA —con el permiso de Skynet— siguió pifiándola una y otra vez mientras que nuestra humilde Atari (con cerca de 50 años a sus espaldas) vencía una y otra vez.
¿Que nos enseña esto?
La potencia no lo es todo. El programa de ajedrez (que ocupaba apenas 4 KB de memoria) que corría por la vetusta Atari 2600 fue escrito con el único fin de jugar al ajedrez. Sin embargo, ChatGPT es un chatbot un programa diseñado para dialogar y predecir la palabra más probable en una secuencia de texto. Aunque pueda analizar todas las partidas almacenadas en Internet, no posee una estrategia de juego.
Lo que nos lleva a la conclusión de que la fuerza de un programa no depende solo de la potencia de procesamiento, sino de la calidad del código, su eficiencia y su diseño orientado a la herramienta que se va a utilizar.
Dicho esto, programadores, poneos las pilas, no seáis vagos y programad a la antigua usanza. De lo contrario, Skynet nos destruirá a todos.
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