Transforma tu vida con 3 secretos japoneses: Kaizen, Oubaitori y Wabi-Sabi

La cultura japonesa ofrece herramientas que nos pueden ayudar a mejorar nuestras vidas. No se trata de cambiar de repente y convertirnos en otra persona, sino en ir puliendo aquellos detalles que nos lastran y nos impiden ser mejores. A través de términos que suenan exóticos encontramos maneras de progresar que no son complicadas y que tan solo exigen un poco de constancia.

Kaizen: La mejora continua

Quizás este sea el concepto más conocido. Kaizen se traduce como mejora continúa y es muy empleado en los sistemas de control de calidad de diferentes procesos de producción.

El Kaizen nos invita a realizar pequeños cambios que mejoren nuestra vida y nos permitan alcanzar nuestros objetivos.

Se puede aplicar dentro de cualquier ámbito: los entrenamientos, los estudios o la relación de pareja. Haz una flexión más, atiende mejor en clase o pon más atención a lo que te cuenta tu pareja. Intenta mejorar un 1% cada día. Cuando te des cuenta, en el largo plazo, habrás pasado de ser un simple padawan a un auténtico maestro jedi.

Oubaitori: No te compares con los demás

Theodore Roosvelt decía «La comparación es la ladrona de la alegría». Si nos empeñamos en medir nuestras pequeñas victorias con las de los demás jamás seremos felices. Tú eres tu propia medida, saborea tus éxitos y siéntete bien con tus triunfos.

Wabi-Sabi: Abraza la imperfección

No sé quien dijo aquello de «lo perfecto es enemigo de lo bueno» pero tenía razón. Si buscamos constantemente la perfección, jamás haremos nada. Seremos incapaces de iniciar un negocio porque nunca estaremos preparados al cien por cien, no tendremos hijos o no nos declararemos a la persona que amamos por que no estamos seguros. Haz las cosas y luego mejóralas. No te quedes quieto.

Conclusión

Estos tres conceptos están enlazados entre sí. Podemos hacer grandes cosas si intentamos mejorar tan solo un poquito cada día. Por eso es importante no compararse con los demás, sino ser nosotros la medida de nuestro camino. Y los principios no son fáciles, si no das un paso adelante ni caminarás ni correrás.