La amenaza nuclear rusa

La Guerra Fría fue la guerra de la disuasión. Ambos bloques creían firmemente en el mantra de la destrucción mutua asegurada y, por tanto, se evitaba, en lo posible, situaciones que pudieran llevar a la confusión y al lanzamiento de por error de armas nucleares. Y, aun así, nos llevamos sustos como la crisis de los misiles de Cuba.

Hoy todo ha cambiado. Para colmo, hemos retrocedido a los años treinta del siglo pasado, en los que un Hitler venido arriba hacía y deshacía en Europa. Nadie le puso freno hasta que se cruzaron todas las líneas rojas y nos vimos inmersos en la 2ª Guerra Mundial. Hoy, le cambiamos el nombre a Adolfo y le llamamos Vladimiro y nos encontramos en la misma situación. Putin ha ido tirando de la goma y nadie se ha atrevido a cortarla a a tiempo para que se diera con ella en las narices. Ahora eleva el tono y occidente no sabe que hacer.

La exitosa contraofensiva que está conduciendo Ucrania ha roto los esquemas de Putin. Ya ha insinuado que cree legítimo el uso del arma nuclear argumentando que los EEUU ya la usaron en Hiroshima y Nagasaki y que Rusia no tiene por que ser menos.

Hemos llegado a un punto en que el resultado de cualquier decisión es malo. Si nos achantamos con la amenaza nuclear, Vladimiro se verá reforzado y seguirá haciendo de las suyas. Si occidente planta cara y Putin cumple con su amenaza, la única respuesta posible es la que ya ha anunciado Patreus: destruir todas las fuerzas armadas rusas en Ucrania y la flota del Mar Negro. Es decir, que Estados Unidos, la OTAN y sus aliados, combatirían en territorio ucraniano. Cosa que se ha evitado hasta ahora y que llevaría la guerra a otro nivel.

Creo que el tono de Patreus ha sido correcto. La disuasión no es una simple amenaza, consiste en el firme propósito de cumplir lo que se dice si el adversario no atiende a razones.

Desde este blog hemos intentado ser objetivos al describir las causas de este conflicto. Incluso hemos sido críticos con la actitud de occidente hacia Rusia. Pero una cosa es lo lógico y justo y otra cosa es la locura y la barbarie.

Es hora de elevar el tono y de decirle basta a Putin.

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