Recuperando datos de un disco duro. Un caso real
A veces, los ordenadores se divierten con nosotros jugándonos alguna que otra broma pesada. En el caso que nos ocupa, el ordenador de una compañera se bloqueó. Al reiniciarlo, el disco duro externo que tenía conectado se borró completamente. O, al menos, eso parecía.
Cuando un disco duro se corrompe, es bastante difícil recuperar los datos. De hecho, existen empresas que —por algunos cientos de euros, a veces más de mil— se dedican al lucrativo negocio de recuperar archivos de discos duros borrados accidentalmente o averiados.
Fotografía generada con DALLE·2 |
En el caso que nos ocupa, el disco duro se conectaba con normalidad al ordenador, con la única circunstancia de que se encontraba vacío. Y así lo demostraba el gráfico en forma de quesito que aparece al consultar las propiedades del mismo. Intenté hacer un análisis del disco, pero el ordenador del trabajo me exigía privilegios de administrador. Cosa que no tenía. Antes de molestar a los chicos de informática, decidí —sin mucha esperanza— pasar el antivirus al dispositivo.
La sorpresa fue mayúscula cuando constaté que el antivirus estaba analizando archivos del disco. ¿De dónde salían esos archivos? Pues de una carpeta denominada $RECYCLE.BIN
. Intrigado, activé la opción de ver archivos ocultos pero la raíz del disco seguía en blanco. Inasequible al desaliento, me fui a la barra de navegación del explorador de archivos y, supongamos que la unidad era E:, escribí lo siguiente:
E:\$RECYCLE.BIN\
¡Sorpresa! El disco duro contenía una «papelera de reciclaje»
Lo primero que hice fue pulsar sobre la opción de restaurar archivos. No funcionó porque, probablemente, el nombre de la unidad en la que se montaba el disco duro en el ordenador de mi compañera fuera otro (D:, F:, …). Sin embargo, la posibilidad de cortar (no copiar) y pegar estaba activa. Ni corto ni perezoso, hice un corta-pega sobre la marcha y de esta forma salvamos la información.
¿Qué concluimos con todo esto?. Que siempre hay que mantener la calma. Aunque las posibilidades de rescatar un disco duro sean escasas, a veces se producen pequeños milagros. Abundando en la cuestión: no pasa nada por aprovechar las herramientas del sistema —en este caso, un antivirus—, mantener los ojos abiertos y estar atentos a sorpresas como la aparición de una papelera de reciclaje donde nadie la esperaba.
Lo dicho, los milagros existen.
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