¿Son las máquinas más empáticas que las personas?

 

Vivimos en un mundo de empatía excesiva. Una buena o mala noticia en cualquier red social o grupo de whatsapp genera cientos de respuestas inmediatas de felicitación o condolencia, amén de los correspondientes emoticonos. Nadie quiere quedarse fuera de ese flujo de buenrollismo y parecer un desconsiderado. Pero, al fin y al cabo, todo es postureo para mantener las apariencias.

Pero a la hora de la verdad, cuando se necesita expresar los sentimientos cara a cara frente a una persona real, la cosa cambia. La interacción humana es difícil porque, aparte del lenguaje verbal, tenemos el de los gestos y las expresiones que, en muchas ocasiones, es más explícito que una frase directa. De ahí que muchos temas sean tabú en reuniones entre familiares o amigos: sexo, traumas, depresiones...

Anne Scherer es una investigadora sobre hábitos de consumo que da clases en la Universidad de Zurich. En junio del 2021 dio una charla en TED titulada «¿Por qué somos mas honestos con las máquinas que con las personas?» y trataba precisamente de eso, de como los convencionalismos sociales constituyen un muro para la plena comunicación. El simple hecho de interactuar con otras personas provoca repuestas del receptor del mensaje. Si lo que se quiere transmitir es doloroso o vergonzoso es fácil temer la reacción de la otra persona. En la charla nos cuenta una investigación que se hizo en los EEUU con militares que habían sufrido algún tipo de trauma al volver de alguna misión. Partían del hecho de que a los soldados les costaba confesar que necesitaban ayuda para superar sus problemas. Un grupo de voluntarios fue entrevistado por un chatbot con apariencia humana, algo parecido a los asistentes virtuales de algunas páginas web. Sorprendentemente, los militares se mostraron más abiertos y sinceros con los avatares digitales que con su contrapartida humana. Sin embargo, estos avatares copiaban expresiones y gestos humanos (cosas como hummm, ajá, etc.). Cuando estos avatares fueron sustituidos por chats de texto, las sinceridad de las respuestas se incrementó todavía más.

¿Qué significa esto? ¿Son las máquinas más empáticas que los humanos? La propia Anne nos da la respuesta. No se trata de empatía o de intentar conectar permanentemente con el interlocutor. La clave está en saber escuchar de forma imparcial, sin emitir juicios, ya sean verbales o gestuales. Hemos creado una sociedad superguachi (esto es mío) en la que constantemente nos creemos obligados a mostrar cercanía con el de enfrente cuando, a lo mejor, lo único que necesita es que le escuchen ...o que le dejen en paz (esto también es mío).

Os dejo más abajo el vídeo con subtítulos en español. Vedlo, es realmente interesante.

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