Cifra tu correo electrónico. Te digo porqué.

 

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¿Sabes la diferencia entre una carta y una postal? La carta va dentro de un sobre y el cartero no puede leerla. Sin embargo, el texto de la postal está a la vista de todos. Algo parecido pasa con el correo electrónico. Enviamos y recibimos correos todos los días cómo si fueran postales. El equivalente a un sobre sería el cifrado del texto que remitimos.

Tanto Outlook como Gmail ofrecen cifrado punto por punto. Es decir, el correo sale cifrado de tu ordenador y se descifra en el ordenador del destinatario. En teoría, solo el destinatario puede leer el correo.

El problema es que los usuarios no son dueños de las claves de cifrado. Estas claves están en manos de las empresas que gestionan estos servicios por lo que pueden leer tus correos. Y, de hecho, lo hacen. Prueba a leer las condiciones del servicio y verás.

¿Qué opciones tenemos? Yo he encontrado dos opciones: el cifrado de llave pública y el uso de proveedores alternativos de correo electrónico. El problema radica en que la inmensa mayoría de los usuarios no está por la labor de cifrar sus correos. Veamos varios ejemplos:

Existen proveedores de correo electrónico que entre sus características suelen ofrecer almacenamiento cifrado y en lo que la clave de encriptación es solo del usuario y no de la empresa, por lo que esta no puede tener acceso a los contenidos de tus correos. Algunas compañías son Protonmail, Mailfence o CounterMail. El problema nos lo encontramos cuando enviamos emails a personas que emplean servicios cómo Gmail u Outlook: una vez que el texto entra en los servidores de estas empresas, tienen acceso a ellos.

La segunda opción, la mejor desde mi punto de vista, es el empleo de sistemas de cifrado de llave pública. Para ello empleamos un software que genere dos claves: una pública y otra privada. La llave pública se la entregas a quien desees que te envíe correo cifrado. Da igual que esa clave sea interceptada, pues solo sirve para cifrar. Si alguien desea enviarte un correo cifrado, lo encripta con tu clave y te lo envía. Haciendo uso de tu llave privada, lo descifras en tu ordenador. El ejemplo más conocido es PGP. Este sistema es fácil y rápido de usar pero, por desgracia, poca gente lo conoce y menos aún, quieren molestarse en aprender a usarlo.

La terrible conclusión es que, a pesar de disponer de los medios, nos enfrentamos a una obcecación general que, por comodidad y pereza, no quiere aprender a protegerse. Mi consejo: no compartas información sensible por la red.

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