¿Son tan malas las redes sociales?
Un cuchillo bien afilado es una herramienta utilísima para cortar alimentos. Es más, un cuchillo bien afilado evita accidentes en el acto de cortar un jamón. Sin embargo, con un cuchillo bien afilado puedes rebanarle el pescuezo a tu compañero de piso o amenazar a un transeúnte para robarle. ¿Son malos los cuchillos? La respuesta obvia es no. El cuchillo no tiene voluntad. El malvado es el que lo usa con fines perversos.
Es un tema recurrente en las noticias, la prensa y en publicaciones de todo pelaje, la maldad intrínseca de las llamadas redes sociales. Es cierto que compañías cómo Facebook no son precisamente ejemplares en cuanto al respeto a la privacidad. Pero no es menos cierto que se ha implantado una tendencia exhibicionista en una buena parte de los usuarios de estas redes. No nos podemos quejar de que alguien ha «tuneado» una foto nuestra en prendas menores, si antes la has colgado en una red por muy bien que tengas configurado los ajustes de privacidad. Las redes sociales, nos guste o no, son tablones de corcho públicos en los que cualquiera puede ver y leer lo que allí pinchamos.
Las redes sociales son unas herramientas buenísimas para poner en contacto a gente con intereses similares, para organizar eventos y, si me apuras, incluso para encontrar trabajo. También son un escaparate para exponer tus productos o tus hobbys. Si eres aficionado a la fotografía, puedes exponer las tuyas en redes cómo Flickr o Instagram (os he enlazado a mis galerías). Linkedin te da la oportunidad de conocer a profesionales de tu sector y Twitter es una herramienta muy potente para seguirle el pulso a la actualidad.
Es decir, no podemos juzgar las redes sociales cómo tales, sino en base al uso que hacemos de ellas. Y para ello, es esencial que nos formemos nosotros y enseñemos a nuestros hijos como usarlas correctamente. No quiero quitarle responsabilidad a los gestores de las empresas que están detrás de las redes. Tienen que estar regulados y dar cuenta de cómo y de que manera emplean nuestros datos pero, no debemos de olvidar que los datos los aportamos nosotros y, en gran manera de forma consciente. Ahí tenemos los posados veraniegos, las fotos de postureo y los estados de ánimo que muchos no tienen reparos en subir.
Y tú ¿cómo usas tus redes?
Rechazamos lo que no nos gusta o no comprendemos, en lugar de tratar de sacar el máximo partido y Avanzar en el Siglo XXI. 💡
ResponderEliminarEl secreto para un uso racional de las rrss está en la formación y el sentido común. Por desgracia, hay déficit de ambas.
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